miércoles, 28 de enero de 2009
No estás conmigo
Se silencia la tarde sobre tu ausencia
se silencia este ocaso que cae
como mortaja amarga sobre mi lecho.
Ni sopla el viento
buscando enredarse en tu silueta,
ni se mece la luna en el manso río,
ni llora la lluvia su desconsuelo,
ni suspiran los árboles muertos de frío.
Este invierno tan crudo
se instaló en mi alma,
la soledad me asfixia
y es que no estás conmigo.
Y hay un silencio que duele
como una daga que se hunde profundo
convirtiéndose en grito,
más que un grito un aullido
de animal salvaje que cae mal herido,
y mordiendo mis manos hasta sangrarlas
amordazo tu nombre que fue tan mío
y en estas noches, las más largas que he vivido
siento sólo tu ausencia como un castigo
Este invierno tan crudo
se me ha hecho carne…
la soledad me ahoga
y es que no estás conmigo.
Angela Teresa Grigera
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