miércoles, 13 de junio de 2012

El Pintor del Silencio



The light came through the window,
Straight from the sun above,
And so inside my little room
There plunged the rays of love.

In streams of light I clearly saw
The dust you seldom see,
Out of which the nameless makes
A name for one like me.

I'll try to say a little more:
Love went on and on
Until it reached an open door
Then love itself
Love itself was gone.

All busy in the sunlight
The flecks did float and dance,
And I was tumbled up with them
In formless circumstance.

I'll try to say a little more:
Love went on and on
Until it reached an open door
Then love itself
Love itself was gone.

Then I came back from where I'd been.
My room, it looked the same
But there was nothing left between
The nameless and the name.

All busy in the sunlight
The flecks did float and dance,
And I was tumbled up with them
In formless circumstance.

I'll try to say a little more:
Love went on and on
Until it reached an open door
Then love itself,
Love itself was gone.
Love itself was gone.

Edward Hopper (Nyack, 22 de julio de 1882 - Nueva York, 25 de enero de 1968) fue un famoso pintor estadounidense, célebre sobre todo por sus retratos de la soledad en la vida norteamericana contemporánea. Se le considera uno de los pintores de la Escuela Ashcan, que a través de Arshile Gorky llevó al Expresionismo abstracto posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Nacido en Nyack, una pequeña ciudad a orillas del río Hudson en una familia culta y burguesa, Hopper entra en 1900 en la New York School of Art. En ese instituto coincidirá con otros futuros protagonistas del arte americano de principios de los años 1950: Guy Pène du Bois, Rockwell Kent, Eugene Speicher y George Bellows.
Sin embargo los contactos que resultarán fundamentales para su formación y para su desarrollo como pintor serán tres de los profesores de la escuela: William Merrit Chase, que le animó a estudiar y a copiar lo que veía en los museos; Kenneth H. Miller, que le educó en el gusto por una pintura nítida y limpia, organizada en una composición espacial ordenada; Robert Henri, que contribuyó a liberar el arte de la época del peso de las normas académicas, ofreciendo de ese modo un ejemplo activo al joven Hopper.
Tras conseguir su título, Hopper obtuvo su primer trabajo como ilustrador publicitario en la C. Phillips & Company.
En 1906 viaja a Europa por primera vez, visitando París, en donde experimentará con un lenguaje formal cercano al de los impresionistas, y siguiendo su viaje en 1907 fue a Londres, Berlín y Bruselas.
El estilo personal e inconfundible de Hopper, formado por elecciones expresivas precisas, emerge y se forma en 1909, cuando decide regresar a París durante seis meses, pintando en Saint-Gemain y Fontainebleau.
Su pintura se caracteriza por un peculiar y rebuscado juego entre las luces y las sombras, por la descripción de los interiores, que aprende con Degas y que perfecciona en su tercer y último viaje al extranjero, a París y a España, en 1910 y por el tema central de la soledad.
Mientras en Europa se consolidaban el fauvismo, el cubismo y el arte abstracto, Hopper se siente más atraído por Manet, Pissarro, Monet, Sisley, Courbet, Daumier, Toulouse-Lautrec y por un pintor español anterior a todos los mencionados: Goya.

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