La Navidad va pasando de largo. Nos queda aún la celebaración del solsticio de invierno, aunque con unos días de retraso.
Desde el 23 de diciembre los días van creciendo. Cada día nos irá regalando un minuto más de luz.
Deseo que este año nuevo nos ilumine la senda para que seamos capaces de tomar las decisiones más sabias y oportunas que nos acerquen un poco más a la felicidad.
Feliz año nuevo a todos; los "visibles" e "invisibles".
Misero pargoletto,
Il tuo destin non sai.
Ah, non gli dite mai,
Qual era il genitor.
Come in un punto, oh Dio,
Tutto cambiò d’aspetto;
Voi foste il mio diletto,
Voi siete il mio terror.
Carl Heinrich Graun, "Misero pargoletto".
Cecilia Bartoli, Mezzosoprano.
What is this life if, full of care,
We have no time to stand and stare.
No time to stand beneath the boughs
And stare as long as sheep or cows.
No time to see, when woods we pass,
Where squirrels hide their nuts in grass.
No time to see, in broad daylight,
Streams full of stars, like skies at night.
No time to turn at Beauty's glance,
And watch her feet, how they can dance.
No time to wait till her mouth can
Enrich that smile her eyes began.
A poor life this if, full of care,
We have no time to stand and stare.
Amor mío, si muero y tú no mueres,
no demos al dolor más territorio:
amor mío, si mueres y no muero,
no hay extensión como la que vivimos.
Polvo en el trigo, arena en las arenas
el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en que nos encontramos,
oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, amor, no ha terminado,
y así como no tuvo nacimiento
no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.
La cantiga de amigo es un tipo de composición lírica que tiene su origen en la poesía tradicional, aunque está escrita por autores cultos; y forma parte de la poesía galaico-portuguesa medieval. Las cantigas más antiguas que se conservan se remontan a fines del siglo XII. Se hallan en el Cancionero Colocci-Brancuti de la Biblioteca Nacional de Lisboa, y en el Cancionero de la Biblioteca Vaticana, ambos copiados en Italia a comienzos del siglo XVI. El prólogo del Cancionero Colocci-Brancuti establece cuatro tipos de cantiga: de amigo, de amor, de escarnio y de maldecir.
Martín Codax (o Martim Codax), fué un juglar gallego, posiblemente de Vigo, por las continuas referencias a dicha ciudad en sus poemas, de entre mediados del siglo XIII y comienzos del siglo XIV.
El corpus literario a él atribuído, se limita a 7 cantigas de amigo, que figuran en los cancioneros de la lírica galaico-portuguesa y en el Pergamino Vindel, en el que figura su nombre como autor de las composiciones.
Es ist ein' Ros' entsprungen,
aus einer Wurzel zart.
Wie uns die Alten sungen,
von Jesse war die Art.
Und hat ein Blüm'lein 'bracht;
mitten im kalten Winter,
wohl zu der halben Nacht.
Das Röslein, das ich meine,
davon Jesaia sagt:
hat uns gebracht alleine
Marie die reine Magd.
Aus Gottes ew'gem Rat,
Hat sie ein Kind geboren,
Und blieb ein reine Magd.
or: Welches uns selig macht.
Das Blümelein, so kleine,
das duftet uns so süß;
mit seinem hellen Scheine
vertreibt's die Finsternis.
Wahr'r Mensch und wahrer Gott!
Hilft uns aus allem Leide,
rettet von Sünd' und Tod.
¡Cantad, coros del mundo!
Que vuestra voz llueva manantiales
donde arden las hogueras.
Que vuestro canto ponga rosas
donde hay campos de batalla.
Abrid surcos y sembrad amor
para que recolectéis frutos de esperanza.
Cantad a la libertad donde reine el despotismo.
Cantad a la igualdad donde anide la pobreza.
Cantad al amor donde prevalezca el odio.
Que vuestros cantos orienten al mundo
para que la paz sustituya a la guerra,
para que todos respeten la tierra,
para que no existan diferencias de raza y de color,
para que todos seamos hermanos y hermanas,
para que este planeta se alegre con nuestras voces.
¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras,
cielos atormentados,
tormentas celestiales,
escándalos sin ruido,
paciencias estiradas,
árboles en el viento,
oprobios prescindibles,
bellezas del mercado,
cánticos y alborotos,
lloviznas como pena,
escopetas de sueño,
perdones bien ganados…
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia,
son meros simulacros.
la válida, la única
nostalgia, es la de tu piel.
No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río
No es bastante no ser ciego
para ver los árboles y las flores.
También es necesario no tener filosofía.
Con filosofía no hay árboles: hay sólo ideas.
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo afuera;
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriera,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.