La amusia, "un defecto neurológico adquirido que provoca la pérdida en la percepción auditiva en la lectura y en la ejecución musical". Es una clase de agnosia auditiva. Puedes padecer agnosia para los ruidos, para las palabras y para la música.
La amusia es un defecto neurológico adquirido que provoca una alteración en la percepción auditiva musical. Puede afectar a cualquier persona, pero a los músicos les afecta de una manera más grave. El caso más conocido de esta afección fue el de Maurice Ravel, el autor del célebre Bolero, que paso los últimos años de su vida con bellas melodías en la cabeza pero incapaz de sacarlas de ahí.
"Tengo la cabeza llena de música, pero no puedo sacarla". Así se expresaba Maurice Ravel quien pasó los últimos cuatro años de su vida en un estado de absoluta incapacidad para escribir música, aunque no perdió su habilidad para escuchar y apreciar piezas.
El trastorno cerebral le provocó la falta de habilidad para interpretar de memoria sus propias composiciones y la incapacidad de escribir las notas musicales que tenía en su cabeza.
Ravel sufría todas estas carencias sin padecer ni déficit auditivo ni motor; era su cabeza la que no le funcionaba, provocando al autor de Pavana para una infanta difunta, la opera El niño y los sortilegios o el famoso Bolero, una incapacidad que le convertía en un iletrado musical. A partir del inicio de sus problemas neurológicos no fue capaz de utilizar sus conocimientos de una forma integrada que le permitiera traducir representaciones musicales de la modalidad auditiva a la escrita.
El neurólogo Alajouanine atendió al músico durante más de dos años y advirtió que Ravel podía interpretar de memoria sus propias composiciones, pero era incapaz de nombrar y escribir notas musicales escuchadas, aunque no tenía dificultad en tocar escalas mayores y menores en el piano.
Al cadáver de Ravel no se le realizó ningún examen anatomopatológico, por lo que no se conoce claramente el origen de su trastorno. Lo más seguro es que fuera una demencia frontal focal.
La amusia se puede dar en personas que no son músicos profesionales, pero su expresión es diferente debido a que el proceso de aprendizaje provoca cambios en la organización cerebral. "La escolarización en música provoca que los contenidos relacionados con esta materia pasen del hemisferio derecho al izquierdo. Cualquier lenguaje tiene dos componentes: el fonético o lingüístico y el emocional. Las personas que no saben leer música la perciben con el hemisferio derecho, pero al recibir escolarización empiezan a utilizar el izquierdo: el hemisferio lingüístico".
La amusia es más patente en los músicos; sin embargo, es una afección bastante más frecuente de lo que se ve en la clínica. "Si no se es músico, nadie acude al médico porque ve que le ha dejado de gustar la música. El paciente nota que le ha pasado algo, pero como no ha interferido en su vida cotidiana no le afecta".
Esta patología puede ser provocada por tumores o por enfermedades cerebrovasculares, como en el caso del compositor Vissarion Shebalin, que tras padecer un ictus sufrió una alexia y una agrafia provocadas por un sangrado en la región temporal parietal izquierda.
"Que no pudiera leer ni escribir no quiere decir que no pudiera pensar. Pese a padecer una alexia y una agrafia, Shebalin era capaz de idear lenguaje; en concreto, compuso su V Sinfonía, calificada por Shostakovich como 'brillante, creativa y llena de emociones elevadas'."
No pasó lo mismo con Ravel, que poco a poco fue perdiendo la posibilidad de comunicarse con el exterior. Imsomnio, fatiga y pérdida de movimiento en las manos le llevaron a un estado en que su única expresión era la de una persona impasible.
Alberto Bartolomé
La amusia es un defecto neurológico adquirido que provoca una alteración en la percepción auditiva musical. Puede afectar a cualquier persona, pero a los músicos les afecta de una manera más grave. El caso más conocido de esta afección fue el de Maurice Ravel, el autor del célebre Bolero, que paso los últimos años de su vida con bellas melodías en la cabeza pero incapaz de sacarlas de ahí.
"Tengo la cabeza llena de música, pero no puedo sacarla". Así se expresaba Maurice Ravel quien pasó los últimos cuatro años de su vida en un estado de absoluta incapacidad para escribir música, aunque no perdió su habilidad para escuchar y apreciar piezas.
El trastorno cerebral le provocó la falta de habilidad para interpretar de memoria sus propias composiciones y la incapacidad de escribir las notas musicales que tenía en su cabeza.
Ravel sufría todas estas carencias sin padecer ni déficit auditivo ni motor; era su cabeza la que no le funcionaba, provocando al autor de Pavana para una infanta difunta, la opera El niño y los sortilegios o el famoso Bolero, una incapacidad que le convertía en un iletrado musical. A partir del inicio de sus problemas neurológicos no fue capaz de utilizar sus conocimientos de una forma integrada que le permitiera traducir representaciones musicales de la modalidad auditiva a la escrita.
El neurólogo Alajouanine atendió al músico durante más de dos años y advirtió que Ravel podía interpretar de memoria sus propias composiciones, pero era incapaz de nombrar y escribir notas musicales escuchadas, aunque no tenía dificultad en tocar escalas mayores y menores en el piano.
Al cadáver de Ravel no se le realizó ningún examen anatomopatológico, por lo que no se conoce claramente el origen de su trastorno. Lo más seguro es que fuera una demencia frontal focal.
La amusia se puede dar en personas que no son músicos profesionales, pero su expresión es diferente debido a que el proceso de aprendizaje provoca cambios en la organización cerebral. "La escolarización en música provoca que los contenidos relacionados con esta materia pasen del hemisferio derecho al izquierdo. Cualquier lenguaje tiene dos componentes: el fonético o lingüístico y el emocional. Las personas que no saben leer música la perciben con el hemisferio derecho, pero al recibir escolarización empiezan a utilizar el izquierdo: el hemisferio lingüístico".
La amusia es más patente en los músicos; sin embargo, es una afección bastante más frecuente de lo que se ve en la clínica. "Si no se es músico, nadie acude al médico porque ve que le ha dejado de gustar la música. El paciente nota que le ha pasado algo, pero como no ha interferido en su vida cotidiana no le afecta".
Esta patología puede ser provocada por tumores o por enfermedades cerebrovasculares, como en el caso del compositor Vissarion Shebalin, que tras padecer un ictus sufrió una alexia y una agrafia provocadas por un sangrado en la región temporal parietal izquierda.
"Que no pudiera leer ni escribir no quiere decir que no pudiera pensar. Pese a padecer una alexia y una agrafia, Shebalin era capaz de idear lenguaje; en concreto, compuso su V Sinfonía, calificada por Shostakovich como 'brillante, creativa y llena de emociones elevadas'."
No pasó lo mismo con Ravel, que poco a poco fue perdiendo la posibilidad de comunicarse con el exterior. Imsomnio, fatiga y pérdida de movimiento en las manos le llevaron a un estado en que su única expresión era la de una persona impasible.
Alberto Bartolomé
3 comentarios:
Este post lo tengo, exacto, palabra por palabra,firmado por Alberto Bartolomé. ¿Es un pseudónimo? Necesito verificarlo para citarte en un artículo que escribo sobre Ravel
Pues supongo que es de Alberto Bartolomé. La entrada tiene casi tres años. No recuerdo cual fue mi fuente, supongo que lo recibí por mail de parte de una de mis coristas. Ahora mismo pongo el autor.
Gracias por su comentario.
Un saludo.
Gracias también a usted, Profesora. La invito a visitar las dos (últimas) entradas sobre el tema en mi blog: http://micolchaderetazos.blogspot.com Saludos desde Caracas.
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