viernes, 18 de octubre de 2013

Quattro Pezzi Sacri

Después de mi última entrada dedicada al bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, me quedó el anhelo de publicar algo dedicado a los Cuattro Pezzi Sacri. Así, que lo hago a continuación.

Quattro Pezzi Sacri, o Cuatro piezas sacras, son trabajos vocales tardíos de G. Verdi. Compuestas por separado y con diferentes orígenes y propósitos, fueron publicadas juntas en 1898, y a menudo se ejecutan como un ciclo en esta secuencia:

  •  Ave Maria (Coro a capella, en Latín, compuesto en 1889)
  •  Stabat Mater (orquesta y coro, en Latín, compuesto entre 1896-1897)
  •  Te Deum (orquesta y coro doble, en Latín, compuesto entre 1895-1896)

Esta serie nos revela el punto de vista sobre la música sacra de uno de los más famosos compositores de ópera italianos. El estilo de estos trabajos refleja la extraordinaria expansión tonal que tuvo lugar a finales del S. XIX; pero al mismo tiempo, Quattro Pezzi Sacri, nos ofrece una retrospectiva de la herencia cultural del compositor; pues, como veremos más adelante, encontraremos en ellos referencias a Dante y a Palestrina.

Ave Maria sulla scala enigmatica: Verdi presentó esta curiosa obra de 1889 (revisada en 1898) como respuesta a un reto publicado en la Gazzetta Musicale de Milán de emplear dicha escala en una composición. En este trabajo, Verdi hace pasar la Escala Enigmática sobre todas las voces en figuración de redondas de forma tanto ascendente como descendente. (Es posible ver en la partitura si se clica en la relación arriba).
Creo necesario aclarar que la Escala Enigmática es atonal y consta de siete notas. Su particularidad es la de que cualquiera de las notas que la componen puede servir como punto de partida. Como se puede observar, esta escala evita la cuarta y la quinta perfectas, las cuales suelen ser las que establecen las bases de una clásica progresión armónica, pues ambas ayudan a fijar la tónica.



Sin duda, esta no es una obra fácil de ejecutar y sus efectos resultan bastante curiosos. He aquí una magnífica interpretación del Sofia Vocal Ensemble.




Stabat Mater destaca como un absoluto drama de pasión a través de los ojos de la Virgen en una serie de imágenes puntillísticas precisadas por el antiguo texto en latin, en el que Verdi despliega su talento con un amplia gama de fuerza tanto coral como orquestal. Hay quien lo describe como una mezcla de pureza y simplicidad tomadas del trabajo de Palestrina en el siglo XVI y de drama provieniente de su obra Il Trovatore.




Laudi alla Vergine Maria, en realidad está escrita para un cuarteto de voces blancas, pero generalmente es interpretada por un coro.
Verdi se inspiró en un texto del Paraíso de Dante para la realización de esta composición. En ella, evoca deliberadamente la música de la Italia Renacentista en una fina textura vocal, con claras cadencias y escritura imitativa; mientras que la voz principal, por otra parte, es profusamente cromática y se aleja con frecuencia de la tonalidad. En realidad se inspira en la escritura tradicional de las composiciones sacras a capella del Stile Antico.




Te Deum, junto Stabat Mater, fue uno de los últimos trabajos de Verdi. Para su composición, estudió la música de Victoria y de Purcell, con la intención de crear algo realmente diferente. Su intención se antoja como la de un aventurero musical que narra sus propias emociones ante el texto: El Padre Inmenso es también el Rey Glorioso, nacido de una Virgen y hecho hombre, que retorna como Juez haciendo temblar el mundo antes de su juicio.





Verdi pidió que esta personal y expresiva obra fuera enterrada con él.

jueves, 10 de octubre de 2013

Viva Verdi

Hoy se celebra el bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, el más notable e influyente compositor de ópera italiana y puente entre el Bel canto de Rossini, Donizetti y Bellini y la corriente del Verismo y Puccini. Fue autor de algunos de los títulos más populares del repertorio lírico, como los que componen su trilogía popular o romántica: Rigoletto, La Traviata e Il Trovatore y las obras maestras de la madurez como Aida, Don Carlo, Otello y Falstaff.


En 1886 Giovanni Boldini (Italia, 1842-1931) retrata por primera vez a Giuseppe Verdi en lienzo, pero no satisfecho con el resultado lo vuelve a retratar tiempo después al pastel sobre papel en sólo cinco horas. Es quizás su obra más célebre e imagen ya inseparable de la figura histórica del compositor italiano.

Giuseppe Fortunino Francesco Verdi, como hemos dicho anteriormente,  nació el 10 de octubre de 1813 en Le Roncole, una localidad que por entonces era entonces parte del Ducado de Parma que, a su vez, formaba parte de Francia. Comenzó a estudiar música en Busseto, bajo la tutela de Ferdinando Provesi, convirtiéndose pronto en el organista de la iglesia de su pueblo. 
Aunque nació en el seno de una familia modesta, tuvo la fortuna de contar desde muy temprana edad con la protección de Antonio Barezzi, lo que le permitió establecerse en Milán, con la intención de entrar en el conservatorio de la ciudad, pero curiosamente, no superó las pruebas de acceso.
Tras estudiar con Vincenzo Lavigna, quien le dio a conocer la música italiana del pasado y la alemana de la época, fue nombrado maestro de música de Busseto en 1836, el mismo año en que contrajo matrimonio con la hija de su protector, Margherita Barezzi. El éxito que en 1839 obtuvo en Milán su primera ópera, Oberto, conte di San Bonifacio, le procuró un contrato con el prestigioso Teatro de la Scala. Sin embargo, el fracaso de su siguiente trabajo, Un giorno di regno, y, sobre todo, la muerte de su esposa y sus dos hijos, lo sumieron en una profunda depresión en la que llegó a plantearse el abandono de la carrera musical. 
No lo hizo: la lectura del libreto de Nabucco le devolvió el entusiasmo por la composición. La partitura, estrenada en la Scala en 1842, recibió una acogida triunfal, no sólo por los innegables valores de la música, sino también por sus connotaciones políticas, ya que en una Italia oprimida y dividida, el público se sintió identificado con el conflicto recreado en el drama.
Con este éxito, Verdi no sólo consiguió su consagración como compositor, sino que también se convirtió en un símbolo de la lucha patriótica por la unificación política del país. I lombardi alla prima Crociata y Ernani participaron de las mismas características. Son éstos los que el compositor calificó como sus años de galeras, en los cuales, por sus compromisos con los empresarios teatrales, se vio obligado a escribir sin pausa una ópera tras otra.
Esta situación empezó a cambiar a partir del estreno, en 1851, de Rigoletto y, dos años más tarde, de Il Trovatore y La Traviata, sus primeras obras maestras. A partir de este momento compuso sólo aquello que deseaba componer. Su producción decreció en cuanto a número de obras, pero aumentó proporcionalmente en calidad. Y mientras sus primeras composiciones participaban de lleno de la ópera romántica italiana según el modelo llevado a su máxima expresión por Donizetti, las escritas en este período se caracterizaron por la búsqueda de la verosimilitud dramática por encima de las convenciones musicales.



Aida (1871) es ilustrativa de esta tendencia, pues en ella desaparecen las cabalette, las arias se hacen más breves y cada vez más integradas en un flujo musical continuo –que no hay que confundir con el tejido sinfónico propio del drama musical wagneriano–, y la instrumentación se hace más cuidada. Prácticamente retirado a partir de este título, aún llegó a componer un par de óperas más, ambas con libretos de Arrigo Boito sobre textos de Shakespeare: Otello y Falstaff, esta última una encantadora ópera cómica compuesta cuando el músico frisaba ya los ochenta años.



En sus últimos años, Verdi trabajó en algunas obras no operísticas. A pesar de no ser particularmente religioso, compuso obras litúrgicas, como la misa de Réquiem (1874) y el Te Deum. También compuso el Himno de las naciones, que incluye las melodías de los himnos italiano, francés, inglés y norteamericano, sobre texto del poeta Arrigo Boito (1862) y un cuarteto para cuerdas en mi menor (1873).
Falleció en Milán, el 27 de enero de 1901, debido a un derrame cerebral. Dejó su fortuna para el establecimiento de una casa de reposo para músicos jubilados que llevaría su nombre: «Casa Verdi», en Milán, donde está enterrado. Su entierro causó una gran conmoción popular y al paso del cortejo fúnebre el público entonó espontáneamente el coro de los esclavos de Nabucco: Va pensiero sull'ali dorate.
 



Óperas compuestas por Verdi; detallándose lugar, fecha del estreno y autor del libreto:
Tres de las óperas que compuso Giuseppe Verdi están basadas en obras de Shakespeare, en concreto Macbeth, Otello y Falstaff.

Entre las obras no operísticas de Giuseppe Verdi destacan:
  • Misa de réquiem (1874)
  • Messa per Rossini (1869) (estrenada en Stuttgart en 1988) (compuesta con otros compositores)
  • Inno delle Nazioni (Himno de las naciones) (1862)
  • Quattro Pezzi Sacri (primera audición el 7 de abril de 1898), una de sus obras tardías;
  • Cuarteto de Cuerdas en mi menor (1873)
  • Te Deum para coro y orquesta
  • Suoni la tromba (1848) himno patriótico con letra de Giuseppe Mameli.
  • Ave María (1880) para soprano y cuerdas
  1. Non t'accostar all'urna (Jacopo Vittorelli)
  2. More, Elisa, lo stanco poeta (Tommaso Bianchi)
  3. In solitaria stanza (Jacopo Vittorelli)
  4. Nell'orror di note oscura (Carlo Angiolini)
  5. Perduta ho la pace
  6. Deh, pietoso, o addolorata (Luigi Balestra)
  1. Il tramonto (Andrea Maffei)
  2. La zingara (S. Manfredo Maggioni)
  3. Ad una stella (Maffei)
  4. Lo Spazzacamino (Felice Romani)
  5. Il Mistero (Felice Romani)
  6. Brindisi (Maffei)
Fuentes: Biografías y Vidas
Wikipedia

martes, 8 de octubre de 2013

Sólo para iniciados...

Hoy he leído esto y me ha hecho tanta gracia, que he decidio copiarlo aquí:



Hace mucho, mucho tiempo...
Las notas musicales vivían felices y contentas. Sonaban por todas partes, completamente libres, siempre por el campo. Casi como las hadas, correteaban y volaban y a veces era imposible distinguir las unas de las otras.
PERO UN FATÍDICO DÍA alguien decidió encerrarlas en unas celdas de negros barrotes, con una reina que las vigilaba a la entrada de cada una de sus especiales cárceles y pasaron una temporada un poquito tristes (dramita pequeñito). Aun así, con el paso del tiempo olvidaron aquel campo abierto en donde eran libres, se dieron cuenta de que sus guardianas no eran tan malvadas y aprendieron a ser felices en su celda. ¡E incluso llegaron a hacer cosas que jamás habrían hecho fuera!
PERO. ENTONCES. LLEGÓ.
EL TIRANO.
EL MALVADO.
Schenker lo llamaron.
Cogió a unas pocas notas y decidió nombrarlas sumas soberanas. No contento con su jerarquización de guays, creadoras, las mandamases, las chulas de la partitura, HIZO DESAPARECER AL RESTO. Y este fue el fin de las notas felices. :(((((

PERO AÚN HAY REMEDIO.
DI NO AL ANÁLISIS SCHENKERIANO.
DI NO A LA JERARQUIZACIÓN DE NOTITAS.
POR UNAS NOTAS LIBRES Y FELICES.

Y hasta aquí la paranoia de hoy.

Esteban S. Martínez

jueves, 3 de octubre de 2013

Para ti...

Recreación de lo que será la estética de La Sagrada Familia de Barcelona cuando concluyan las obras.

Lluvia




La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

Federico García Lorca

miércoles, 2 de octubre de 2013

CANCION OTOÑAL




Paseo Viejo de Vélez-Málaga ¿Años 70?

Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.

Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa.

La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario con ellas.

¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?

¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizá no exista,
y del Mal que late cerca?

¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos en la Tierra?

¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el Amor no tiene flechas?

¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.

Federico García Lorca

viernes, 13 de septiembre de 2013

Cada ciudad puede ser otra



1905-1906 Market Street, San Francisco (California)
Spiegel Im Spiegel 
Arvo Pärt

(Todo depende del punto de vista desde donde se mire)

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren

el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos

cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor

y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros

y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor.

Mario Benedetti

lunes, 9 de septiembre de 2013

Pastelillos de Moras

Llegó septiembre, la puerta del otoño... y con él comienzan a aparecer sus frutos: Moras, frambuesas, calabazas, membrillos, granadas, setas, castañas, nueces...
Una de mis actividades favoritas es pasear por el bosque y recoger esas maravillosas frutas silvestres que da la tierra de forma totalmente natural. Aquí no caben ni pesticidas ni aditivos ni colorantes ni conservantes.
Este año, al contrario que otros, parece que ha habido suerte con las moras. Las zarzas están repletas y aunque aún es pronto, ayer pudimos coger unas poquitas, apenas 300 g. Pero dentro de un par de semanas, el resto estarán maduras y habrá suficientes para hacer mermelada. Ya publiqué hace tiempo mi receta de mermelada de moras, así que ahora os daré la de pastelillos. Están muy buenos y son muy fáciles de hacer.


 Ingredientes: 

- 1 yogurt natural.
- 1 medida del vaso de yogurt de aceite de oliva suave.
- 2 medidas de azúcar.
- 3 medidas de harina.
- 2 cucharadas de levadura de sobre.
- 2 huevos.
- La ralladura de un limón.
- 200 g. de moras silvestres. 



 Elaboración:

- Calentar el horno a 180º.
- Batir bien los huevos habiendo añadido previamente una pizca de sal.
- Añadir el yogurt y el aceite, mezclando bien con unas varillas.
- Añadir el azúcar.
- Mezclar en un cuenco aparte la harina con la levadura.
- Rebozar las moras con un par de cucharadas de harina.
- Agregar la harina al resto de los ingredientes poco a poco con la ayuda de un colador, para que no salgan grumos.
- Cuando la masa sea homogénea, añadir la ralladura de limón y las moras rebozadas en harina.
- Poner las masa en moldes pequeños o en papeles para magdalenas engrasados con aceite.
- Hornear a 180º durante 30 minutos o hasta que estén dorados.

© Fotos: Paulino Navarro

Chiudo il tuo libro



Chiudo il tuo libro,
snodo le mie trecce,
o cuor selvaggio,
musico cuore…

con la tua vita intera
sei nei miei canti
come un addio a me.

Smarrivamo gli occhi negli stessi cieli,
meravigliati e violenti con stesso ritmo andavamo,

liberi singhiozzando, senza mai vederci,
né mai saperci, con notturni occhi.

Or nei tuoi canti
la tua vita intera
è come un addio a me.

Cuor selvaggio,
musico cuore,
chiudo il tuo libro,
le mie trecce snodo.

(Sibilla Aleramo a Dino Campana, Mugello, 25-7-1916

Cierro tu libro,
deshago mis trenzas,
oh, corazón salvaje,
músico corazón ...

Con tu vida entera
estás en mis cantos
como un adiós a mí.

Perdíamos los ojos en los mismos cielos,
maravillados y violentos con el mismo ritmo íbamos,

Libres, sollozando, sin nunca vernos,
ni nunca sabernos, con nocturnos ojos.

Ahora en tus cantos
tu vida entera
es como un adiós a mí.

Corazón salgaje,
músico corazón,
cierro tu libro,
mis trenzas deshago.


© traducción: Luisa D. Camacho

sábado, 24 de agosto de 2013

NOTRE-PÈRE, opus 14




Maurice Duruflé
NOTRE-PÈRE, opus 14
Laurens Collegium Rotterdam
Wiecher Mandemaker

Maurice Duruflé (Louviers - Eure, 11 de enero de 1902 — Louveciennes, 16 de junio de 1986), fue un organista y compositor francés.

De niño, frecuenta la escuela de coristas de la Catedral de Ruan para estudiar allí canto coral, piano y órgano. A los 17 años parte a París para estudiar órgano con Charles Tournemire de quien será asistente en la Iglesia de santa Clotilde de París. En 1920, a los 18 años, ingresa en el Conservatorio de París. Estudia composición con Charles-Marie Widor y con Paul Dukas, armonía con Jean Gallon, fuga con Georges Caussade y órgano con Eugène Gigout. Por razones desconocidas, años más tarde mantendrá sus diferencias con Gigout, pero al final de su vida le describirá lacónicamente como un excelente hombre, y punto, es todo.

Entre 1922 y 1928 gana varios premios en el Conservatorio: en 1922, el 1º de órgano; en 1924, el 1º de armonía; en 1926, el 1º de acompañamiento pianístico; en 1927, el 2º de composición; en 1928, el 1º de fuga y el 1º de composición. En 1927 será nombrado asistente de Louis Vierne en Notre-Dame de París, hasta 1937. Vierne deseaba vivamente que Duruflé le sucediera, pero las autoridades, descontentas con Vierne, nombrarán a su muerte a Léonce de Saint-Martin, organista competente pero no sobresaliente. Sea como fuere, será Duruflé quien esté al lado de Vierne en el pupitre de Notre Dame cuando éste fallezca súbitamente durante su 1750 recital en la catedral.

En 1929, Duruflé gana el premio para órgano e improvisación de los Amis de l'orgue en la Iglesia de la Etoile de París, y al año siguiente, también de los Amis de l'orgue, el premio de composición. Ese mismo año 1930, es nombrado organista titular de la Église Saint-Étienne-du-Mont de París. Su opus 3 Prelude, Recitatif et Variations para flauta, viola y piano, fue estrenado por Marcel Moyse, Maurice Vieux y Jean Doyen.

En 1939 estrena como organista, y bajo la dirección de Roger Désormière, el Concerto pour orgue de Poulenc. A partir de 1942, será asistente de Marcel Dupré en la clase de órgano del Conservatorio. En 1943, será nombrado profesor de composición, puesto que desempeñara hasta 1970.

En 1947, compone su obra más conocida, el Réquiem Opus 9, para coro, solistas y orquesta que es estrenada por Paul Paray. El Réquiem presenta similitudes con el de Fauré pero también está muy influido por el canto gregoriano y por la música del Renacimiento. Por ejemplo, el tema de la obertura en el Introit-Kyrie está emparentada con la Missa pro defunctis de Duarte Lobo. La pieza ha sido revisada en dos ocasiones y existen actualmente tres versiones: una para orquesta sinfónica, una para orquesta sola y una última con órgano (que comprende un solo obligado para violonchelo en el Pie Jesu). Otra obra suya, su misa Cum Jubilo también tiene tres versiones.

La organista de concierto Marie-Madeleine Chevalier es nombrada su asistente en Saint-Étienne-du-Mont de París en 1947, y seis años más tarde, el 15 de septiembre de 1953, se casa con ella, a los 51 años, en la misma iglesia en la que ambos tocan.

En 1954, es nombrado Chevalier de la Légion d'Honneur; en 1958, Chevalier des Arts et Lettres; y, en 1961, Commandeur de la orden de Saint-Grégoire-le-Grand. En 1964, realiza una gira por los Estados Unidos, con varias interpretaciones del Requiem, con su mujer al órgano y él como director. En 1966, es nombrado Officier de la Légion d'Honneur y Officier des Arts et Lettres. Al año siguiente también será Officier de l'Ordre National du Mérite.

Deja de tocar en 1975, después de un grave accidente de coche en el que también resulta herida su mujer, y desde entonces permanece la mayor parte del tiempo recluido en su apartamento. Apenas compone. Su última obra será publicada en 1977 Notre-Père pour 4 voix mixtes y está dedicada a Marie-Madeleine Duruflé. 
Muere, a los 84 años, el 16 de junio de 1986, en una clínica de Louveciennes.

martes, 6 de agosto de 2013

Dis, quand reviendras-tu?



Dis, quand reviendras-tu?
Barbara (1930-1997)
Del álbum Love Songs, 2010 Naïve
Anne Sofie Von Otter
Brad Mehldau

Voilà combien de jours, voilà combien de nuits,
Voilà combien de temps que tu es reparti,
Tu m’as dit cette fois, c’est le dernier voyage,
Pour nos cœurs déchirés, c’est le dernier naufrage,
Au printemps, tu verras, je serai de retour,
Le printemps, c’est joli pour se parler d’amour,
Nous irons voir ensemble les jardins refleuris,
Et déambulerons dans les rues de Paris.

Dis, quand reviendras-tu,
Dis, au moins le sais-tu,
Que tout le temps qui passe,
Ne se rattrape guère,
Que tout le temps perdu,
Ne se rattrape plus.

Le printemps s’est enfui depuis longtemps déjà,
Craquent les feuilles mortes, brûlent les feux de bois,
A voir Paris si beau dans cette fin d’automne,
Soudain je m’alanguis, je rêve, je frissonne,
Je tangue, je chavire, et comme la rengaine,
Je vais, je viens, je vire, je me tourne, je me traîne,
Ton image me hante, je te parle tout bas,
Et j’ai le mal d’amour, et j’ai le mal de toi.

Dis, quand reviendras-tu,
Dis, au moins le sais-tu,
Que tout le temps qui passe,
Ne se rattrape guère,
Que tout le temps perdu,
Ne se rattrape plus.

J’ai beau t’aimer encore, j’ai beau t’aimer toujours,
J’ai beau n’aimer que toi, j’ai beau t’aimer d’amour,
Si tu ne comprends pas qu’il te faut revenir,
Je ferai de nous deux mes plus beaux souvenirs,
Je reprendrai la route, le monde m’émerveille,
J’irai me réchauffer à un autre soleil,
Je ne suis pas de celles qui meurent de chagrin,
Je n’ai pas la vertu des femmes de marins.

Dis, quand reviendras-tu,
Dis, au moins le sais-tu,
Que tout le temps qui passe,
Ne se rattrape guère,
Que tout le temps perdu,
Ne se rattrape plus…

Traducción (aunque con algunos arreglos):

¿Cuántos días, cuántas noches
Cuánto tiempo ha pasado desde que te marchaste?
Me has dicho que  éste será el último viaje,
Para nuestros desgarrados corazones éste será el último naufragio,
En primavera, verás, estaré de vuelta
La primavera es hermosa para hablar de amor
Iremos juntos a ver los jardines en flor
Y deambularemos por las calles de París.


Di, ¿cuándo volverás?
Di, ¿sabes al menos
Que el tiempo que pasa
Apenas se recupera,
Que el tiempo perdido
Ya no se recupera?


La primavera pasó hace ya mucho tiempo
Quebrando las hojas muertas, llenando los fuegos de madera
Al ver París tan bello en este final de otoño
Languidezco de repente, sueño, me estremezco
Me tambaleo, me hundo y como una cantinela
Voy, vengo, giro, doy vueltas, me arrastro
Tu imagen me obsesiona, te hablo muy bajo
Y tengo mal de amor, y tengo mal de ti.


Di, ¿cuándo volverás?
Di, ¿sabes al menos
Que el tiempo que pasa
Apenas se recupera,
Que el tiempo perdido
Ya no se recupera?


Aunque todavía te ame, aunque te ame siempre
Aunque no ame a nadie más que a ti, aunque te ame de verdad
Si tú no comprendes que debes regresar
Haré de nosotros dos el más hermoso de mis recuerdos
Retomaré el camino, el mundo es maravilloso
Me calentaré al abrigo de otro sol
Yo no soy de las que se mueren de pena
No tengo la virtud de las mujeres de los marinos.


Di, ¿cuándo volverás?
Di, ¿sabes al menos
Que el tiempo que pasa
Apenas se recupera,
Que el tiempo perdido
Ya no se recupera?



......................................................................................................................

Dis, quand reviendras-tu? es un canción de Barbara  Que pertenece al album del mismo nombre.
Esta canción, compuesta para el amor a la sazón de Barbara, el diplomático Hubert Ballay, tienepor narradora a una mujer separada de su amor, a quien se dirige en espera del regreso de éste.
El texto no hace relación al género de los personajes, salvo en los dos últimos versos: Je ne suis pas de celles qui meurent de chagrin / Je n'ai pas la vertu des femmes de marins. Existe una variante del último  verso para ser cantada por hombres: des chevaliers ancien. 
La canción  tiene forma de poema regular, muy medido, en realidad es un clásico de la chanson française. El estribillo se compone de dos frases interrogativas, pero se cierra sobre un punto de exclamación como evocación del tiempo perdido.

Versión interpretada por la compositora:
 


viernes, 19 de julio de 2013

Até ao Verão



Deixei
Na Primavera o cheiro a cravo
Rosa e quimera que me encravam na memória que inventei

E andei
Como quem espera
Pelo fracasso
Contra mazela em corpo de aço
Nas ruelas do desdém

E a mim que importa
Se é bem ou mal
Se me falha a cor da chama a vida toda
É-me igual

Vi sem volta
Queira eu ou não
Que me calhe a vida
Insane e vossa em boda
Até ao verão

Deixei na primavera o som do encanto
Riça promessa e sono santo
Já não sei o que é dormir bem

E andei pelas favelas
Do que eu faço
Ora tropeço em erros crassos
Ora esqueço onde errei

E a mim que importa
Se é bem ou mal
Se me falha a cor da chama a vida toda
É-me igual

Vi sem volta
Queira eu ou não
Que me calhe a vida
Insane e vossa em boda
Até ao verão

E a mim que importa
Se é bem ou mal
Se me falha a cor da chama a vida toda
É-me igual
Vi sem volta
Queira eu ou não
Que me calhe a vida
Insane e vossa em boda
Até ao verão
Deixei na primavera o som do encanto

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Ana Moura
Guitarra Portuguesa: Ângelo Freire
Viola de Fado: Pedro Soares
Contrabaixo: André Moreira
Teclados: João Gomes
Bateria: Mário Costa

domingo, 7 de julio de 2013

Soneto XXIII



En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;

marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
 



Garcilaso de la Vega