Amor, hoy tu nombre
ha huido de mis labios
como al pie el último peldaño…
Esparcida está ahora el agua de la vida
y hay que empezar de nuevo
entera la larga escalera.
Te he trocado, amor, por palabras.
Miel oscura que hueles
en diáfanos vasos
bajo mil seiscientos años de lava –
te reconoceré por el inmortal
silencio.
Cristina Campo
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