Aunque yo cambiaría algunas cosas como por ejemplo un "se ha convertido" por un "se convirtió", he aquí algo que me ha emocionado, sobre todo porque me trae recuerdos de tiempos mejores para la ópera en Málaga. Cuando alguien nos apoyaba y hacía que la temporada de ópera fuera algo importante en nuestra ciudad.
Carta a un amigo americano
COMPRUEBO, mi querido Thomas, que has vuelto a visitar la biblioteca de tu Universidad de Princeton para examinar los resultados del 'Eurobarómetro', que recibís allí cada trimestre. Como buen enamorado de Europa, te gusta seguir de cerca la temperatura de este viejo continente. Ello me alegra, pues sueles enviarme tus agudos comentarios sobre encuestas o estadísticas que llaman tu atención, casi siempre relacionadas con España o con los Estados Unidos, tu gran país. Esta vez, entre tus atinadas observaciones hay una algo ácida. Me preguntas si es un milagro que, siendo España el país con mayor desempleo y peores perspectivas económicas de toda Europa, sea precisamente en España donde se produce el fichaje más caro de la historia del fútbol. Creo que esta combinación, más que un milagro, es un síntoma de 'tercermundismo adinerado'. Algo así como Venezuela, pero sin petróleo. Prometo enviarte pronto algunas reflexiones sobre tan sombrío tema.
Pero hoy quiero encender una luz contándote una emoción reciente, un antídoto a tu pesimismo, un resplandor de mi ciudad. Se llama 'Coro de Ópera de Málaga'. Este sí que es un brote verde en el desierto hispano. Sucede que este coro cumple veinte años de existencia, y sucede que celebrarán su aniversario el día 3 de julio con una actuación -finalidad benéfica y suculento programa lírico- en el Teatro Cervantes.
Se trata de hombres y mujeres -actualmente dirigidos por Francisco Heredia y presididos por María Lourdes Benítez- que, sin ganancia económica alguna, han escrito una de las páginas más importantes de la ciudad. Aman la música y le dedican una parte de su vida. El 'Coro de Ópera' de Málaga lo componen médicos, funcionarios, estudiantes, parados, empleados, maestros, músicos, farmacéuticos, abogados. hasta ochenta voces. ¡Y ochenta cuerpos! pues ya sabes que la ópera es canto y teatro al mismo tiempo, y es necesaria gente galana para representar a un personaje. Superando cada día la fatiga de su particular trabajo, se reúnen para ensayar o actuar. ¡Así lo han hecho durante veinte años, amigo Thomas!; ya llevan unas doscientas representaciones, con un repertorio de medio centenar de óperas y zarzuelas.
A ellos se debió el esplendor de la ópera en Málaga al final de los años 80. Una ciudad no es dueña de su ópera hasta que tiene una orquesta y un coro propios. Porque la ópera se puede comprar. Por ejemplo, puede representarse en Kuwait el mejor 'Parsifal' posible... a base de dólares (consultar a Florentino). Pero el resultado será una ópera 'en' Kuwait, no 'de' Kuwait. Pues bien, tras abrir el Cervantes, nos pusimos a reclutar un coro, y de ello se encargaron Manuel del Campo, María José González y el director del Teatro, Carlos de Mesa. Así nació esta grandísima agrupación, y así empezaron veinte años de emociones y éxitos: ¡aquella Lucía, aquel Turandot, aquellos triunfos en el Maestranza!... ¡cuántos recuerdos!
Ningún miembro de este coro cuesta 94 millones de euros, ninguno desfila sobre alfombras rojas, a ninguno le aclaman los periódicos por inaugurar obras públicas. Pero todos son un patrimonio impagable de la ciudad. Te resumo la historia, querido Thomas: un grupo amateur, trabajando con intensidad, discreción, calidad, seriedad y entrega, se ha convertido en uno de los mejores coros de España. Sí, éste es el país de los milagros, pero incluyendo los milagros buenos.
Nada más, amigo mío. Desde la otra orilla del Atlántico te deseo para mañana, 21 de junio, un buen 'Día de la Música'. Aprovechando que es domingo, y como felicitación al 'Coro de Ópera de Málaga', te propongo empezar el día oyendo dos popularísimas páginas del repertorio lírico: el 'Va pensiero" de Nabucco, y el coro de peregrinos de Tannhäuser. ¡Abrazos!
Pedro Aparicio, Diario SUR.
Carta a un amigo americano
COMPRUEBO, mi querido Thomas, que has vuelto a visitar la biblioteca de tu Universidad de Princeton para examinar los resultados del 'Eurobarómetro', que recibís allí cada trimestre. Como buen enamorado de Europa, te gusta seguir de cerca la temperatura de este viejo continente. Ello me alegra, pues sueles enviarme tus agudos comentarios sobre encuestas o estadísticas que llaman tu atención, casi siempre relacionadas con España o con los Estados Unidos, tu gran país. Esta vez, entre tus atinadas observaciones hay una algo ácida. Me preguntas si es un milagro que, siendo España el país con mayor desempleo y peores perspectivas económicas de toda Europa, sea precisamente en España donde se produce el fichaje más caro de la historia del fútbol. Creo que esta combinación, más que un milagro, es un síntoma de 'tercermundismo adinerado'. Algo así como Venezuela, pero sin petróleo. Prometo enviarte pronto algunas reflexiones sobre tan sombrío tema.
Pero hoy quiero encender una luz contándote una emoción reciente, un antídoto a tu pesimismo, un resplandor de mi ciudad. Se llama 'Coro de Ópera de Málaga'. Este sí que es un brote verde en el desierto hispano. Sucede que este coro cumple veinte años de existencia, y sucede que celebrarán su aniversario el día 3 de julio con una actuación -finalidad benéfica y suculento programa lírico- en el Teatro Cervantes.
Se trata de hombres y mujeres -actualmente dirigidos por Francisco Heredia y presididos por María Lourdes Benítez- que, sin ganancia económica alguna, han escrito una de las páginas más importantes de la ciudad. Aman la música y le dedican una parte de su vida. El 'Coro de Ópera' de Málaga lo componen médicos, funcionarios, estudiantes, parados, empleados, maestros, músicos, farmacéuticos, abogados. hasta ochenta voces. ¡Y ochenta cuerpos! pues ya sabes que la ópera es canto y teatro al mismo tiempo, y es necesaria gente galana para representar a un personaje. Superando cada día la fatiga de su particular trabajo, se reúnen para ensayar o actuar. ¡Así lo han hecho durante veinte años, amigo Thomas!; ya llevan unas doscientas representaciones, con un repertorio de medio centenar de óperas y zarzuelas.
A ellos se debió el esplendor de la ópera en Málaga al final de los años 80. Una ciudad no es dueña de su ópera hasta que tiene una orquesta y un coro propios. Porque la ópera se puede comprar. Por ejemplo, puede representarse en Kuwait el mejor 'Parsifal' posible... a base de dólares (consultar a Florentino). Pero el resultado será una ópera 'en' Kuwait, no 'de' Kuwait. Pues bien, tras abrir el Cervantes, nos pusimos a reclutar un coro, y de ello se encargaron Manuel del Campo, María José González y el director del Teatro, Carlos de Mesa. Así nació esta grandísima agrupación, y así empezaron veinte años de emociones y éxitos: ¡aquella Lucía, aquel Turandot, aquellos triunfos en el Maestranza!... ¡cuántos recuerdos!
Ningún miembro de este coro cuesta 94 millones de euros, ninguno desfila sobre alfombras rojas, a ninguno le aclaman los periódicos por inaugurar obras públicas. Pero todos son un patrimonio impagable de la ciudad. Te resumo la historia, querido Thomas: un grupo amateur, trabajando con intensidad, discreción, calidad, seriedad y entrega, se ha convertido en uno de los mejores coros de España. Sí, éste es el país de los milagros, pero incluyendo los milagros buenos.
Nada más, amigo mío. Desde la otra orilla del Atlántico te deseo para mañana, 21 de junio, un buen 'Día de la Música'. Aprovechando que es domingo, y como felicitación al 'Coro de Ópera de Málaga', te propongo empezar el día oyendo dos popularísimas páginas del repertorio lírico: el 'Va pensiero" de Nabucco, y el coro de peregrinos de Tannhäuser. ¡Abrazos!
Pedro Aparicio, Diario SUR.
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