sábado, 4 de abril de 2009

Un Grammy por sorpresa para el hondarribitarra Javier Busto



Dos composiciones del hondarribiarra Javier Busto, en un disco de una coral de Phoenix que ha premiado la industria musical estadounidense con un Grammy.

Un Grammy por sorpresa para el hondarribitarra Javier Busto.
"Con la música llegas a lugares donde jamás sospechabas que podrías llegar", afirma el hondarribiarra Javier Busto. Lo dice con conocimiento de causa. El que fuera director de Eskifaia y Kanta Cantemus es autor de numerosas partituras de música coral. Algunas, como Ave María y Ave maris stella, publicadas en editoriales internacionales como Gehrmans, de Suecia. Gehrmans tiene un acuerdo con la editorial norteamericana Walton M.C., que reedita para el mercado de Estados Unidos y Canadá los fondos de la compañía sueca.

Las composiciones de Busto llegaron a través de la editorial Walton a un coro de cámara de Arizona, la Phoenix Chorale, que las incorporó a su repertorio y a un disco de música coral sacra dedicada a la Virgen que grabaron el año pasado, Spotless Rose. Hymns To The Virgin Mary. El disco fue nominado para los Grammy, los premios de la industria musical norteamericana, en una de sus nada menos que 110 categorías, la dedicada a la mejor grabación de pequeñas formaciones de música clásica.

«Estás nominado»
El chivatazo de una amiga del Orfeón Donostiarra advirtió a Busto de su presencia en una grabación candidata a los Grammy de un coro de Phoenix que Javier Busto ni conocía. El hondarribiarra pudo experimentar así la sensación de «estar nominado» y vivir a distancia la concesión del galardón.

Busto entró en contacto telefónico con los responsables de la Phoenix Chorale, «gente sencilla, cariñosa, muy contenta con el premio», que le enviaron dos ejemplares del disco, sin distribución fuera de Estados Unidos aunque con paciencia puede conseguirse a través de internet.

Además de la satisfacción de participar en un disco galardonado, esta inesperada difusión de su obra ha regalado al músico guipuzcoano elogios como el de David Vernier, que considera las piezas de Busto como «lo más destacable del disco» en su crítica de Spotless Rose en ClassicsToday.com: «Escritas, como hace habitualmente, con esa simplicidad y esa irresistible belleza –tan inusual, con un conocimiento muy profundo del canto vocal del que muchos de los propios compositores corales carecen– que obligan a pulsar el botón de repetición una y otra vez».

Ave María
Javier Busto escribió su Ave María, posteriormente interpretada muchas veces por el Orfeón Donostiarra, en 1980, para el coro parroquial de Hondarribia. Cinco años después crearía Ave maris stella para un coro noruego.

Desde que en 2007 se tomase un respiro en la dirección coral a la que se había dedicado durante 37 años, una de las figuras más internacionales de nuestra música coral se está dedicando «a hacer cursos, viajar»... y también a ganar dos trocitos del Grammy.
Del diariovasco.com

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