The Music of a Bygone Age (1890)
Hace unos días encontré por casualidad esta imagen de un cuadro de John Melhuish Strudwick y me pareció tan bella que quise indagar un poco sobre el autor del cuadro. La historia al final es bastante triste; tanto, que podía encajar perfectamente en la tónica general de este blog dedicado al arte y a la vida en general, sobre todo cuando ésta nos deja sin saber qué pasa, chupando un palo, sentados sobre una calabaza...
Piano Concerto No. 2 in F Major, Op. 102: II. Andante
Dmitry Shostakovich
John Melhuish Strudwick (Clapham, Londres, 6 de mayo de 1849 - Hammersmith, 16 de julio de 1937) fue un pintor británico de la época victoriana, perteneciente a la Hermandad Prerrafaelita. Defraudó las expectativas familiares de dedicarse a los negocios estudiando arte en South Kensington, en lo que sería después la Royal Academy of Arts, donde nunca fue un alumno destacado.
En la década de 1860 se sintió muy animado por el pintor escocés John Pettie, cuya pintura imitó en obras posteriores. Su obra basada en la balada escocesa Auld Robin Gray, que se exhibió en la Royal Society of British Artists en 1873, es un buen ejemplo del estilo de Strudwick en este periodo.
En la década de 1870 su estilo cambió. Pasó a trabajar primero como asistente en el estudio de su tío el pintor Spencer Stanhope y después en el de Edward Burne-Jones. Junto a otros artistas del círculo de éste último, Strudwick expuso en la galería de arte londinense Grosvenor y también en la New Gallery.
Strudwick era muy meticuloso en los detalles, especialmente cuando pintaba cortinas y accesorios. Sólo pintó unos treinta cuadros con temas míticos y simbólicos, a veces empleando una técnica lapidaria del Quattrocento italiano.
Inicialmente
se benefició del mecenazgo de algunos ricos industriales, pero su
carrera declinó cuando éstos dejaron de prestarle apoyo para protestar por lo que parecía una campaña para que abandonara su carrera, dejando sin terminar su obra When Sorrow comes in Summer Days Roses Bloom in Vain,
en castellano: Cuando la pena llega en los días de verano las rosas
florecen en vano.
El hecho de dejar su obra inacabada y el título de la misma reflejan la desilusión que sentía.
Este fue su último trabajo, una declaración artística que puso su punto final. Vivió treinta años más sin tocar los pinceles.
El hecho de dejar su obra inacabada y el título de la misma reflejan la desilusión que sentía.
Este fue su último trabajo, una declaración artística que puso su punto final. Vivió treinta años más sin tocar los pinceles.
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