lunes, 30 de septiembre de 2013
viernes, 13 de septiembre de 2013
Cada ciudad puede ser otra
1905-1906 Market Street, San Francisco (California)
Spiegel Im Spiegel
Arvo Pärt
(Todo depende del punto de vista desde donde se mire)
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor.
Mario Benedetti
lunes, 9 de septiembre de 2013
Pastelillos de Moras
Llegó septiembre, la puerta del otoño... y con él comienzan a aparecer sus frutos: Moras, frambuesas, calabazas, membrillos, granadas, setas, castañas, nueces...
Una de mis actividades favoritas es pasear por el bosque y recoger esas maravillosas frutas silvestres que da la tierra de forma totalmente natural. Aquí no caben ni pesticidas ni aditivos ni colorantes ni conservantes.
Este año, al contrario que otros, parece que ha habido suerte con las moras. Las zarzas están repletas y aunque aún es pronto, ayer pudimos coger unas poquitas, apenas 300 g. Pero dentro de un par de semanas, el resto estarán maduras y habrá suficientes para hacer mermelada. Ya publiqué hace tiempo mi receta de mermelada de moras, así que ahora os daré la de pastelillos. Están muy buenos y son muy fáciles de hacer.
Este año, al contrario que otros, parece que ha habido suerte con las moras. Las zarzas están repletas y aunque aún es pronto, ayer pudimos coger unas poquitas, apenas 300 g. Pero dentro de un par de semanas, el resto estarán maduras y habrá suficientes para hacer mermelada. Ya publiqué hace tiempo mi receta de mermelada de moras, así que ahora os daré la de pastelillos. Están muy buenos y son muy fáciles de hacer.
Ingredientes:
- 1 yogurt natural.
- 1 medida del vaso de yogurt de aceite de oliva suave.
- 2 medidas de azúcar.
- 3 medidas de harina.
- 2 cucharadas de levadura de sobre.
- 2 huevos.
- La ralladura de un limón.
- 200 g. de moras silvestres.
Elaboración:
- Calentar el horno a 180º.
- Batir bien los huevos habiendo añadido previamente una pizca de sal.
- Añadir el yogurt y el aceite, mezclando bien con unas varillas.
- Añadir el azúcar.
- Mezclar en un cuenco aparte la harina con la levadura.
- Rebozar las moras con un par de cucharadas de harina.
- Agregar la harina al resto de los ingredientes poco a poco con la ayuda de un colador, para que no salgan grumos.
- Cuando la masa sea homogénea, añadir la ralladura de limón y las moras rebozadas en harina.
- Poner las masa en moldes pequeños o en papeles para magdalenas engrasados con aceite.
- Hornear a 180º durante 30 minutos o hasta que estén dorados.
© Fotos: Paulino Navarro
Chiudo il tuo libro
Chiudo il tuo libro,
snodo le mie trecce,
o cuor selvaggio,
musico cuore…
con la tua vita intera
sei nei miei canti
come un addio a me.
Smarrivamo gli occhi negli stessi cieli,
meravigliati e violenti con stesso ritmo andavamo,
liberi singhiozzando, senza mai vederci,
né mai saperci, con notturni occhi.
Or nei tuoi canti
la tua vita intera
è come un addio a me.
Cuor selvaggio,
musico cuore,
chiudo il tuo libro,
le mie trecce snodo.
snodo le mie trecce,
o cuor selvaggio,
musico cuore…
con la tua vita intera
sei nei miei canti
come un addio a me.
Smarrivamo gli occhi negli stessi cieli,
meravigliati e violenti con stesso ritmo andavamo,
liberi singhiozzando, senza mai vederci,
né mai saperci, con notturni occhi.
Or nei tuoi canti
la tua vita intera
è come un addio a me.
Cuor selvaggio,
musico cuore,
chiudo il tuo libro,
le mie trecce snodo.
(Sibilla Aleramo a Dino Campana, Mugello, 25-7-1916)
Cierro tu libro,
deshago mis trenzas,
oh, corazón salvaje,
músico corazón ...
Con tu vida entera
estás en mis cantos
como un adiós a mí.
Perdíamos los ojos en los mismos cielos,
maravillados y violentos con el mismo ritmo íbamos,
Libres, sollozando, sin nunca vernos,
ni nunca sabernos, con nocturnos ojos.
Ahora en tus cantos
tu vida entera
es como un adiós a mí.
Corazón salgaje,
músico corazón,
cierro tu libro,
mis trenzas deshago.
© traducción: Luisa D. Camacho
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