lunes, 30 de mayo de 2011
Glass harp-Toccata and fugue in D minor-Bach-BWV 565
” Todo se hunde en la niebla del olvido; pero cuando la niebla se despeja, el olvido está lleno de memoria”
Mario Benedetti
viernes, 27 de mayo de 2011
Si me quieres, quiéreme entera
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, Y gris, verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!...
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, Y gris, verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!...
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!
Dulce María Loynaz
TU ME QUIERES BLANCA
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Alfonsina Storni
lunes, 23 de mayo de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
Querid@
Disculpe que insista, querida,
pero es imprescindible su colaboración
para saber dónde se me ha perdido
la muchacha que hace un rato
estaba aquí conmigo
echando aceite en mi lamparilla,
tratándome como a uno de la familia.
No sabe con cuánto mimo
cuida esas cosas que usted tanto desprecia en mí.
Vea mis dedos desde que no la toco
menguando entre mis propias manos poco a poco.
Me vienen anchos los pantalones,
hablo solo y sufro alucinaciones.
¿Le importaría darse la vuelta?
Déjeme verla de frente,
póngase aquí en la luz junto a la puerta.
¡Se le parece tanto físicamente!
Y avíseme si volviera,
no es por capricho,
le juré amor eterno y no quisiera
quedar en entredicho.
Y parece todo tan fácil
como extender la mano,
y es tan lejano
y tan frágil,
que estoy tentado a emprender hoy mismo
un curso acelerado de transformismo.
Esconda las uñas, querida,
no soy el enemigo,
no es ésa mi intención.
Sólo sospecho que es usted quien esconde
contra su voluntad
algo que me corresponde.
Póngale fin a ese disparate,
vengo dispuesto a negociar el rescate.
¿Le importaría que eche un vistazo
por sus intimidades,
que me dé un chapuzón entre sus brazos
prescindiendo de las formalidades?
Avíseme si volviera,
no es por capricho,
le juré amor eterno y no quisiera
quedar en entredicho.
A una Estrella
¿Quién eres tú, lucero misterioso,
Tímido y triste entro luceros mil,
que cuando miro tu esplendor dudoso,
turbado siento el corazón latir?
¿Es acaso tu luz recuerdo triste
de otro antiguo perdido resplandor,
cuando engañado como yo creíste
eterna tu ventura que pasó?
Tal vez con sueños de oro la esperanza
acarició tu pura juventud,
y gloria y paz y amor y venturanza
vertió en el mundo tu primera luz.
Y al primer triunfo del amor primero
que embalsamó en aromas el Edén,
luciste acaso, mágico lucero,
protector del misterio y del placer.
Y era tu luz voluptüosa y tierna
la que entre flores resbalando allí
inspiraba en el alma un ansia eterna
de amor perpetuo y de placer sin fin.
Mas ¡ay! que luego el bien y la alegría
en llanto y desventura se trocó:
tu esplendor empañó niebla sombría;
solo un recuerdo al corazón quedó.
Y ahora melancólico me miras
y tu rayo es un dardo del pesar
si amor aun al corazón inspiras,
es un amor sin esperanza ya.
¡Ay lucero! yo te vi
resplandecer en mi frente,
cuando palpitar sentí
mi corazón dulcemente
con amante frenesí.
Tu faz entonces lucía
con más brillante fulgor,
mientras yo me prometía
que jamás se apagaría
para mí tu resplandor.
¿Quién aquel brillo radiante
¡oh lucero! te robó,
que oscureció tu semblante,
y a mi pecho arrebató
la dicha en aquel instante?
¿O acaso tú siempre así
brillaste y en mi ilusión
yo aquel esplendor te di
que amaba mi corazón,
lucero, cuando te vi?
Una mujer adoré
que imaginaría yo un cielo;
mi gloria en ella cifré,
y de un luminoso velo
en mi ilusión la adorné.
Y tú fuiste la aureola
que iluminaba su frente,
cual los aires arrebola
el fúlgido sol naciente,
y el puro azul tornasola.
Y astro de dicha y amores,
se deslizaba mi vida
a la luz de tus fulgores,
por fácil senda florida,
bajo un cielo de colores.
Tantas dulces alegrías,
tantos mágicos ensueños
¿dónde fueron?
Tan alegres fantasías,
deleites tan halagüeños,
¿qué se hicieron?
Huyeron con mi ilusión
para nunca más tornar,
y pasaron,
y solo en mi corazón
recuerdos, llanto y pesar
¡ay! dejaron.
¡Ah lucero! tú perdiste
también tu puro fulgor,
y lloraste;
también como yo sufriste,
y el crudo arpón del dolor
¡ay! probaste.
¡Infeliz! ¿por qué volví
de mis sueños de ventura
para hallar
luto y tinieblas en ti,
y lágrimas de amargura
que enjugar?
Pero tú conmigo lloras,
que eres el ángel caído
del dolor,
y piedad llorando imploras,
y recuerdas tu perdido
resplandor.
Lucero, si mi quebranto
oyes, y sufres cual yo,
¡ay! juntemos
nuestras quejas, nuestro llanto:
pues nuestra gloria pasó,
juntos lloremos.
Mas hoy miro tu luz casi apagada,
y un vago padecer mi pecho siente:
que está mi alma de sufrir cansada,
seca ya de las lágrimas la fuente.
¡Quién sabe!… tú recobrarás acaso
otra vez tu pasado resplandor,
a ti tal vez te anunciará tu ocaso
un oriente más puro que el del sol.
A mí tan sólo penas y amargura
me quedan en el valle de la vida;
como un sueño pasó mi infancia pura,
se agosta ya mi juventud florida.
Astro sé tú de candidez y amores
para el que luz te preste en su ilusión,
y ornado el porvenir de blancas flores,
sienta latir de amor su corazón.
Yo indiferente sigo mi camino
a merced de los vientos y la mar,
y entregado, en los brazos del destino,
ni me importa salvarme o zozobrar.
José de Espronceda
lunes, 16 de mayo de 2011
Bonita música y bonito poema para un atardecer de primavera...
"Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments, love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove.
O no, it is an ever-fixed mark
That looks on tempest and is never shaken;
It is the star to every wand'ring bark,
Whose worth's unknown, although his height be taken,
Love's not Time's fool, though rosy lips and cheeks
Whitin his bending sickle's compass come,
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom:
If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved."
......................................................
"Permitid que no admita impedimento
ante el enlace de las almas fieles
no es amor el amor que cambia siempre por momentos
o que a distanciarse en la distancia tiende.
El amor es igual que un faro inamovible,
que ve las tempestades y no es zarandeado.
Es la estrella que guía la nave a la deriva,
de un valor ignorado, aún sabiendo su altura.
No es juguete del Tiempo, aun si rosados labios
o mejillas alcanza, la guadaña del Tiempo.
Ni se altera con horas o semanas fugaces,
si no que aguanta y dura hasta el último abismo.
Si es error lo que digo y en mí puede probarse,
decid, que nunca he escrito, ni amó jamás el hombre."
W. shakespeare, Soneto CXVI
martes, 10 de mayo de 2011
Douce dame jolie
Douce dame jolie,
Pour dieu ne pensés mie
Que nulle ait signorie
Seur moy fors vous seulement.
Qu'adès sans tricherie
Chierie
Vous ay et humblement
Tous les jours de ma vie
Servie
Sans villain pensement.
Helas! et je mendie
D'esperance et d'aïe;
Dont ma joie est fenie,
Se pité ne vous en prent.
Douce dame jolie.
Mais vo douce maistrie
Maistrie
Mon cuer si durement
Qu'elle le contralie
Et lie
En amour tellement
Qu'il n'a de riens envie
Fors d'estre en vo baillie;
Et se ne li ottrie
Vos cuers nul aligement.
Douce dame jolie.
Et quant ma maladie
Garie
Ne sera nullement
Sans vous, douce anemie,
Qui lie
Estes de mon tourment,
A jointes mains deprie
Vo cuer, puis qu'il m'oublie,
Que temprement m'ocie,
Car trop langui longuement.
Douce dame jolie,
Pour dieu ne pensés mie
Que nulle ait signorie
Seur moy fors vous seulement.
"Douce dame jolie" de Guillaume de Machaut.
Margaret Philpot, contralto.
"The Mirror of Narcissus - Songs by Guillaume de machaut"
Hyperion, 1987
El Éxito
Reír mucho y a menudo; ganarse el respeto de las personas inteligentes y el aprecio de los niños; merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerante con las traiciones de los falsos amigos; saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo; dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de jardín o de una condición social redimida; saber que al menos una vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra: Eso es haber triunfado.
Ralph Waldo Emerson
lunes, 9 de mayo de 2011
El perro del hortelano
Querer por ver querer envidia fuera,
si quien lo vio sin ver amar no amara,
porque si antes de ver, no amar pensara,
después no amara, puesto que amar viera.
Amor, que lo que agrada considera
en ajeno poder, su amor declara;
que como la color sale a la cara,
sale a la lengua lo que al alma altera.
No digo más, porque lo mis ofendo
desde lo menos, si es que desmerezco
porque del ser dichoso me defiendo.
Esto que entiendo solamente ofrezco;
que lo que no merezco no lo entiendo,
por no dar a entender que lo merezco.
Lope de Vega,
Fragmento de "El Perro del Hortelano"
si quien lo vio sin ver amar no amara,
porque si antes de ver, no amar pensara,
después no amara, puesto que amar viera.
Amor, que lo que agrada considera
en ajeno poder, su amor declara;
que como la color sale a la cara,
sale a la lengua lo que al alma altera.
No digo más, porque lo mis ofendo
desde lo menos, si es que desmerezco
porque del ser dichoso me defiendo.
Esto que entiendo solamente ofrezco;
que lo que no merezco no lo entiendo,
por no dar a entender que lo merezco.
Lope de Vega,
Fragmento de "El Perro del Hortelano"
domingo, 8 de mayo de 2011
Cartas que curan
"Quien te escribe te recuerda (y lo confiesa) y ese saberme en la memoria de otro a mí me incita a soñar (a soñarme), mejor que lo que soy, pero también me obliga a calmar la duda del otro y contestarle, aunque sólo sea para que sepa que yo (también) le recuerdo..."
El club de los domingos
sábado, 7 de mayo de 2011
Noches de Bohemia
Noches de bohemia y de ilusión
yo no me doy a la razón
¿tú cómo te olvidaste de eso?
Busco y no encuentro una explicación
sólo la desilusión
de que falsos fueron tus besos.
Ya no sé como olvidarte,
como arrancarte de mis adentros.
Desde que te marchaste
mi vida es un tormento.
Y ya no quiero recordarte,
ni siquiera ni un momento
pero llevo tú imagen
grabada en mí pensamiento.
Noches de bohemia y de ilusión
yo no me doy a la razón
¿tú cómo te olvidaste de eso?
Yo quiero vivir distante
de todo aquello que era nuestro.
Pero el aire me trae
aromas del recuerdo.
No me pidas que me calle,
y tú no sabes lo que siento
me has hecho una herida
en mi sentimiento.
Noches de bohemia y de ilusión
yo no me doy a la razón
¿tú cómo te olvidaste de eso?
Busco y no encuentro una explicación
sólo la desilusión
de que falso fueron tus besos.
Noches de bohemia y de ilusión
yo no me doy a la razón
¿tú cómo te olvidaste de eso?
Tarde de mayo
Las musas se fueron,
se marcharon con su apuesto amo
para no volver jamás,
tal vez.
Numen adorado,
te fuiste sin decir adiós.
Cuánto te echo de menos,
amor mío.
se marcharon con su apuesto amo
para no volver jamás,
tal vez.
Numen adorado,
te fuiste sin decir adiós.
Cuánto te echo de menos,
amor mío.
viernes, 6 de mayo de 2011
Cambiar... te cambia
Pero empieza despacio, pues la dirección es más importante que la velocidad. Siéntate en otra silla, al otro lado de la mesa. Más tarde, cambia de mesa. Cuando salgas a la calle, ve por la otra acera.
Después, cambia de ruta, camina con calma por otras calles, observando con atención los lugares por donde pasas. Coge otros autobuses. Por un tiempo, cambia tu forma de vestir; regala los zapatos viejos e intenta andar descalzo unos días, aunque sea en casa. Tómate una tarde entera para pasear libremente, oír el canto de los pájaros o el ruido de los carros.
Abre y cierra cajones y puertas con la mano izquierda. Duerme en el otro lado de la cama. Después, duerme en otras camas. Ve otros programas de televisión, lee otros libros, vive otros romances, aunque sea en tu imaginación. Acuéstate más tarde. Acuéstate más temprano. Aprende una palabra nueva al día. Come un poco menos, come un poco más, come diferente; escoge nuevos condimentos, nuevos colores, cosas que nunca te atreviste a probar. Almuerza en otros sitios, ve a otros restaurantes, toma otro tipo de bebida, compra el pan en otra panadería. Almuerza más temprano, cena más tarde, o viceversa.
Busca lo nuevo todo el día: el lado nuevo, el método nuevo, el sabor nuevo, el gesto nuevo, el placer nuevo, la postura nueva. Escoge otro mercado, otra marca de jabón, otra pasta de dientes. Báñate a otras horas. Utiliza bolígrafos de otros colores.
Ve a pasear a otros lugares. Ama cada vez más, de diferentes formas. Aunque pienses que la otra persona se puede asustar, en la cama propón lo que siempre has soñado hacer. Cambia de bolso, de cartera, de maleta, cómprate otros lentes, escribe nuevos poemas. Abre una cuenta en otro banco.
Ve a otros cines, a otros peluqueros, a otros teatros, visita otros museos.
Cambia. Y piensa seriamente en conseguir un nuevo empleo, una nueva ocupación, un trabajo más parecido a lo que esperas de la vida, más digno, más humano. Si no encuentras razones para ser libre, invéntalas: sé creativo. Y aprovecha para emprender un viaje sin pretensiones, sencillo, largo y, a ser posible, sin destino. Experimenta cosas nuevas. Vuelve a cambiar. Prueba de nuevo. Experimenta otra vez.
Sin duda conocerás cosas mejores y cosas peores que las que ya conoces, pero no es eso lo que importa. Lo más importante es el cambio, el movimiento, el dinamismo, la energía. Sólo lo que está muerto no cambia, y tú estás vivo.
(Publicado por AV | 26.4.11 | Textos enriquecedores)
lunes, 2 de mayo de 2011
Vuelve Carlos
Mi querido compañero y amigo Carlos Alvarez hoy vuelve a los escenarios después de una enfermedad que lo ha tenido apartado de los escenarios.
Espero que esta nueva etapa esté llena de éxitos y que dure muchísimos años.
Desde aquí mi pequeño homenaje a este gran barítono del que tengo el honor de haber compartido escenario tantas veces.
¡Enhorabuena, Carlos!
Carlos Alvarez, interpreta la Romanza de Rafael de la Zarzuela Maravilla de Federico Moreno Torroba.
Rafael:
Adiós dijiste, se va mi vida
llorar quisiste por un amor que hay que olvidar
Te vas riendo y yo me muero
mi dolor es saber que no puedes llorar.
Amor vida de mi vida
que triste es decirse adiós
te llevas la juventud de este querer sin redención.
Amor que por el camino no puedes volver atrás
te ríes cuando sientes deseos de llorar.
Y pensar que te ame con alma y vida
y hoy te quieres burlar de mi dolor.
Este amor que soñé, no lo puedo callar
Fueron falsas palabras,
mentiste mil veces tu amor mujer.
Amor, vida de mi vida,
que triste es decirse adiós
te llevas la juventud de este querer
sin redención.
Amor que por el camino no puedes volver atrás
te ríes cuando sientes deseos de llorar.
Adiós mi bien, adiós.
domingo, 1 de mayo de 2011
EL PROFETA (SOBRE EL AMOR)
Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.
Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros
corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.
Kahlil Gibran
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